jueves, 21 de enero de 2010

El principio del fin



El principio del fin del invierno en la zona en la que vivo lo marca el florecimiento de la retama marina. Sus olorosas y diminutas flores aparecen un día, como por arte de magia, para disuadirnos de la desesperanza en los rigores del invierno.

El retamar que atravieso dos veces al día está dividido por una transitada carretera, pero eso no impide que todos los años nos regale el maravilloso espectáculo de ver sus flores esparciéndose con el viento. Luego, muy cerca, hay otro salvaje y maravilloso. La experiencia de atravesarlo cuando está florecido es algo que no se olvida.

Añado un haiku

Tarde de invierno.

Florece la retama

como el deseo.



martes, 12 de enero de 2010

Nadar sin guardar la ropa


Siempre que nado pienso en Mishima. En concreto en su novela El pabellón de oro.
Con la cabeza sumergida en el agua comprendo claramente las razones del novicio Mizoguchi para destruir la intolerable belleza que lo paralizaba. De espaldas, con la vista puesta en el techo de madera de la piscina cubierta, no puedo evitar aborrecer que éste fuera su único motivo para la acción.

martes, 5 de enero de 2010

Hahakigi (II Capítulo del Genji Monogatari)


Una reunión de amigos con el entonces capitán Genji, de 17 años, como atento aprendiz de las verdades del mundo. Una reunión de hombres en la que se habla de mujeres o, mejor dicho, de ideales de mujeres, por más que en ocasiones se admitan detalles escabrosos para describirlas: la mejor esposa, la mejor amante, la más interesante…Él escucha aparentemente distraído, dormitando, como si todo lo que se dice estuviera muy por encima de sus pretensiones. Los otros teorizan, ponen ejemplos, se emborrachan de sake y palabras. Él pasa a la acción. No se jacta, no lo proclama, no pide consejos. Se deja guiar por su ímpetu, su juventud, por su deseo. Confía en su belleza y en su inteligencia. Y si la esquiva mujer a la que persigue se muestra desconsiderada, pasa la noche al calor de su hermano, joven paje que ha tomado a su servicio para acceder más fácilmente a la dama. Porque lo más importante no es el objeto de su deseo sino la experiencia de estar vivo.

Un capítulo que es toda una novela, ampliada y multiplicada en el resto de la obra.